Historia

Historia de  la Escuela Normal “Juan Ignacio Gorriti

 La Ley de Educación Provincial del 02/03/1867 obligaba a los padres a enviar a sus hijos a la escuela, sus efectos fueron muy relativos. El Censo de 1876 determinó  para la Pvcia. De Jujuy la cantidad de 11.695 niños como población escolar, de la que sólo el 13 % estaba en las aulas.

Las subvenciones nacionales eran la principal fuente de los recursos.

En el año 1882 durante la Gobernación del Dr. Pablo Blas, se dictó por Ley la » Comisión de Educación » que tenía por fin dirigir la Educación primaria y manejar los fondos especiales que se destinaban para ese fin.

Las escuelas, casi en su totalidad para varones, funcionaban por temporadas, con maestros sin preparación pedagógica y mal remunerada. Los edificios escolares eran de adobe crudo y algunos no pasaban de ser un mal techado galpón.

La situación de las niñas era peor., porque en esa época, la mujer estaba destinada a la atención del hogar y los quehaceres domésticos.

El Presbítero D. Escolástico Zegada fundó el Colegio de Niñas, luego llamado de Dolores. Entre los años 1876 y 1879 se había abierto un Liceo de Señoritas dirigido por Mr. Romè, un profesor Francés.

El Gobernador Eugenio Tello- en el  año 1883 – envió una nota al Gobierno Nacional, (presidencia de Roca) poniendo a su disposición el inmueble ubicado en calle Alvear Nº 813. Este inmueble había quedado libre al trasladarse el Colegio Nacional a su propio edificio. El 1/2/1884, el Presidente Roca aceptó y mediante Decreto refrendado por su Ministro Eduardo Wilde, fundó la Escuela Normal y nombró al personal docente:

Directora y profesora: Srta. Juana Stevens.

Vice-Directora: Prof. Teodora Gay.

Profesoras para el Departamento de Aplicación: Srta. Felisa Rasguido y Dolores Villegas, reemplazada luego por Delfina Villafañe.

La Escuela Normal no pudo ser abierta enseguida, a causa de la falta de material de muebles y útiles, que habían sido solicitados a Buenos aires y que llegaron a mediados del mes de Junio.

La inauguración tuvo lugar el 4 de julio de 1884, en homenaje a los Estados Unidos. Cuando la primera promoción de maestras salió de la escuela, Miss Stevens obtuvo licencia para visitar su país, pero regresó a la Argentina con renovado entusiasmo, que la impulsó a fundar un jardín de infantes anexo a la escuela. (…) en 1986. En 1890 solicitó autorización para implantar la enseñanza religiosa en la escuela, que le fue concedida, pero las autoridades que regían el país en 1903 consideraron que esa medida contrariaba el espíritu de la ley 1420 y la enfrentaron con la opción entre su carrera y la obediencia a las leyes, o su retiro de la escuela. Ella eligió lo segundo y se dedicò a la enseñanza de las niñas recluidas en el Asilo del Buen Pastor de Jujuy, donde continuó hasta su muerte, ocurrida en esa ciudad el 28 de septiembre de 1929. Una escuela de Jujuy fue bautizada con su nombre. (…)”. (Sosa de Newton, Lily: Diccionario Biográfico de Mujeres Argentinas. Buenos Aires, Plus Ultra.

Las condiciones indispensables para que una niña pueda ingresar como alumna en el Curso Normal fueron fijadas por el Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública: debía tener catorce años cumplidos, justificados mediante la partida de bautismo o el testimonio de dos personas respetables, gozar de buena salud de acuerdo al informe médico local y observar una conducta recta y moral testimoniada por el cura de la parroquia o dos personas de respeto. Además tenía que leer, escribir y contar correctamente, lo que era comprobado por una mesa examinadora integrada por la directora, vice directora, el Vice Rector del colegio Nacional D. Ricardo Alvarado y los profesores. Asimismo, estaría expresamente autorizada por sus padres o tutores para dedicarse a la carrera de maestra de Instrucción Primaria por el tiempo que la ley lo exigía. Finalmente, en la ciudad donde estuviese asentada la escuela, contaría con personas de probidad encargadas de su cuidado y subsistencia.

Comprobaron para su capacidad para formar el Curso preparatorio 23 alumnas.

La iniciación de clases se cumplió el 04/07/1884, presidida por el Gob. Tello, y con una matrícula de cien alumnas para el departamento de Aplicación.

 

EL CURSO NORMAL: en 1886, ingresaron en Primer año las 23 alumnas que habían superado el Curso preparatorio.

En el año 1888 se recibieron los programas analíticos para las Escuelas Normales, que firmaban el Presidente de la República Juárez Celman y el Ministro de Instrucción Pública, Dr. Filemón Posse. Se exigió reformas en la marcha del establecimiento y el aumento del personal Docente y Directivo.

LAS PRIMERAS MAESTRAS: En Noviembre de 1889, durante el Gobierno de Don Pedro Álvarez Prado y  luego de exámenes respectivos, recibieron sus diplomas las primeras Maestras Normales: Srtas:  RITA ALVARADO, IRENE ALAMARAZ, ADELA BARCENA,  MARIA BLAS, JUANA CASTAÑEDA, CONCEPCION CICARELLI, AGUSTINA CORTE, JUANA ARIAS, DOLORES SANCHEZ, MARIA SANCHEZ, LIA TORRES.

Algunas de ellas pronto formaron parte del personal docente de la Escuela de Aplicación; y otras, Profesoras del curso Normal en la misma Escuela.

En el año 1897, por gestiones de la directora, se consiguió la creación de un Jardín de Infantes anexo a la escuela a cuyo frente estuvo la Srta. Pía Didomènico, recibida de Maestra en la Escuela Normal de Catamarca y que había completado sus estudios en la escuela Normal de Paraná, especializándose para la enseñanza den los Jardines de Infantes.  Allí las alumnas podían ampliar sus prácticas e iniciarse en el Método Froebeliano, fortaleciendo las actividades lúdicas, la gimnástica musical y coral, el dibujo y el uso de objetos destinados a despertar en el párvulo la representación de la forma, el color, el movimiento y la materia.

En el año 1900, el departamento de Aplicación que pertenecía a la escuela de Maestros pasó a depender de la Escuela Normal. Funcionaron entonces, dos Departamentos de Aplicación (niñas y varones), ambos bajo la Dirección de la Srta. Stevens.

Las clases se dictaban de lunes a sábado en doble horario: desde las 8:30 hs. hasta las 11,00, y desde las 14,00 hasta las 17,50 hs. Tenían una duración de cincuenta minutos y recreos de diez minutos, Las materias especiales (ejercicios físicos y música) se desarrollaban en veinticinco minutos.

En el año 1903, el Inspector General de escuelas, Leopoldo Lugones le hizo a la Srta. Steven pùblicamente una crítica por incluir una hora de clase de religión católica en los Programas de Estudio. Esto produjo la renuncia de la Directora en el mes de Marzo. Fue reemplazada por Pablo Arroyo, un jujeño egresado de la escuela de Paraná, que ya estaba a cargo de la Dirección de la Sección de varones.

En 1914, por Decreto nacional, la Escuela Normal adquirió el carácter de «Mixta » en todos sus departamentos.

 

EL EDIFICIO PROPIO:

En el año 1921, tres departamentos de la escuela funcionaban en el edificio de la Calle Alvear y el departamento de Aplicación de varones lo hacía en algunos salones de la escuela Belgrano.

Como el alumnado aumentaba considerablemente, era necesario construir un edificio adecuado para albergar las tres Secciones El Gobierno de la Provincia expropió una manzana céntrica (entre las actuales calles San Martín, Necochea, Independencia y Lavalle), y con los fondos enviados por el gobierno Nacional, se inició la construcción del establecimiento.

Lamentablemente esos fondos no fueron suficientes y las obras se suspendieron. Gracias a la intervención del profesor Dr. José S. Salinas – Ministro de Justicia e Instrucción Pública Nacional, los trabajos pudieron reiniciarse. En 1925 se inauguró oficialmente el nuevo edificio.

EL NOMBRE DEL ESTABLECIMIENTO:

 

El 27/7/1928,  el Presidente de la Nación, Dr. Marcelo Torcuato de Alvear firmó el decreto que impuso a la Escuela el nombre de » Juan Ignacio de Gorriti”.

El Canónigo Doctor Juan Ignacio de Gorriti nació en Jujuy en el año 1776. Sus padres fueron Don José Ignacio de Gorriti (español) y Doña Feliciano Cueto (jujeña).

Recibió una esmerada educación. La completó entre 1781 a 1789  en el colegio Montserrat de Córdoba. Se graduó de bachiller, Licenciado y doctor en Cánones. Al año siguiente obtuvo en la Universidad de San Carlos el título en teología.

Después de ordenado se lo destinó al Curato de Cochinada. De allí pasó a ejercer el Ministerio Pastoral en Jujuy. El Movimiento emancipador de mayo encontró en Gorriti un sostenedor entusiasta. En setiembre de 1810 fue nombrado diputado por Jujuy a la Junta Provisional de buenos Aires.

Ocupó éste puesto hasta la caída de la Junta y su reemplazo por el triunvirato, al que se opuso con firmeza. Debido a ello, se vio obligado a dejar Buenos Aires y regresar a la Provincia.

El 25 de Mayo de 1812, siendo Vicario bendijo en la Iglesia Matriz la bandera creada por Belgrano. La difícil situación política de la época, impuso a Juan Ignacio Gorriti en 1832 la emigración a Bolivia, donde encontró asilo y protección. En Sucre, fue nombrado primer Rector del colegio » Junín”. Allí publicó en 1834 un opúsculo titulado » Reflexiones sobre las causas de las convulsiones de los estados americanos”. Falleció en Sucre el 24/5/1842. Sus restos fueron repatriados a Jujuy en Julio de 2004.

En 1938, la Asociación de Ex Alumnas presidida por la Srta. Fidelia G. Sánchez de Bustamante propició, mediante nota al Ministro de Instrucción Pública, se llame Escuela » Juanita Stevens » en homenaje a su directora fundadora que cumplió una destacada y ponderable labor. Este pedido no fue aceptado.

En 1939, por iniciativa de la Secretaría de la Escuela, Sra. Irene Haydee García de Moreno, se organizó el archivo- Ese mismo año se constituyó el Departamento de Educación Física, que desde entonces, desplegó una fructífera actividad, destacándose las Fiestas del Educación Física, la participación en campeonatos deportivos y los campamentos educativos.

Hasta 1941, el Curso Normal se desarrolló en cuatro años. Posteriormente, como en todo el país, fue modificado al establecerse el ciclo básico de tres años y el Superior de dos.

Los egresados recibían el título de Maestro Normal Nacional.

En Agosto de 1947 se creó el Club Colegial, organización que actuó como nexo entre el alumnado y las autoridades.

En 1959, en fecha coincidente con la conmemoración de sus 75 años de vida, la institución adoptó como lema » Per Áspera ad Astram » que significa » Por lo áspero a las estrellas «, frase utilizada por la primera directora para alentar a sus alumnas.

El mismo año, bajo la dirección de la Sra. Irene H.G. de Moreno se creó, como anexo a la Escuela Normal, el Instituto del profesorado con cuatro especialidades: Matemáticas y Cosmografía; Química y Necrología, inglés y Castellano, Literatura y Latín. Luego de tres años pasó a ser una entidad escolar independiente, aunque continuó utilizando el local del establecimiento.

En el año 1969 se suprimió la carrera de magisterio, reemplazando los estudios por un Bachillerato con Orientación Pedagógica, que fue a su vez desplazado en 1971 por la entrada en vigencia de los planes de Bachilleratos Orientados: Ciencias Fìsico-Matemàticas, Letras y Común. Sin embargo, era posible obtener el título de Bachiller con orientación Pedagógica cursando cuatro materias más, distribuidas en los dos años del Ciclo Superior de cualquiera de los bachilleratos orientados.

A partir de 1974, se implantó el Bachillerato con Orientación Docente en las cinco divisiones, con el objetivo de conservar, de alguna  manera, el sentido original de ésta casa de estudios.

LA INCORPORACION DE LOS PROFESORADOS.

En el año 1975, el Profesorado para la Enseñanza Primaria, que dependía del Instituto Nacional del Profesorado, pasó a integrar la Unidad de la Escuela Normal, con una división por curso ( 1º y 2º Año ). En éste mismo año se crea el Profesorado de Educación Preescolar, con el ámbito propicio para el desarrollo de actividades de práctica de la enseñanza en el jardín de Infantes de la escuela. En ésta instancia, al incorporar el nivel terciario, pasó a depender de la Dirección Nacional de Educación Superior.

En el año 1988 se implementó un Plan Piloto que comprendió una modificación general de la estructura y del currículo y se debieron sortear numerosos problemas para adaptar a la Institución a las nuevas disposiciones.

El Curso de maestro de Enseñanza Básica comprendió 4 años a partir del 4ª Año del Nivel Medio y apuntaba a terminar con la centralización y la burocratización, permitiendo una educación democrática. En ese esquema los docentes y alumnos tomaron contacto con la comunidad y sus instituciones: La práctica de la educación Formal y No formal permitía adquirir otras vivencias, teniendo en cuenta las diferentes situaciones regionales

Así, los programas de las materias debían centrarse en contenidos de la escuela primaria. Por su parte la Organización disciplinaria era similar a la del nivel terciario.

A partir del año 1991, se fue cerrando progresivamente el MEB. En su reemplazo, el Ministerio de Educación de la Nación dispuso dos orientaciones para el Nivel Medio: Bachillerato Común y Bachillerato Pedagógico. Este último con vinculaciones académicas al Nivel Terciario, que continuó con los Profesorados para la Enseñanza Primaria y de Educación Preescolar.

En el año 1993, por Ley Nacional, la Escuela Normal pasó a depender de la Jurisdicción provincial, con el mismo nombre. Se le reconoció su estructura y funciones. Asimismo, la validez de los títulos, tal como venía ocurriendo. El personal transferido mantenía identidad o equivalencia jerárquica y situación de revista.

En el año 1996, por Decreto del Poder Ejecutivo, se declaró al edificio de la Escuela Normal, Monumento Histórico,  integrando el Patrimonio Cultural existente en el territorio de la Provincia.

Entre los años 1997 y 1998 se cerró la matrícula en los dos profesorados: para la Enseñanza Primaria y de Educación Preescolar, afectando al personal a la elaboración del nuevo plan de estudios.

En Setiembre de 1999, se ponen en marcha las nuevas carreras: Profesorado para el Primer y Segundo Ciclo de la Enseñanza General Básica y profesorado de Educación Inicial, de acuerdo a la estructura del sistema educativo implementado por la ley Federal de Educación.

 

Nuevos contextos, nuevos desafíos

Importantes y variados cambios se han sucedido en estos veinticinco años en la formación docente en el contexto internacional y nacional. Recientemente, la implementación de la Ley de Educación Nacional Nº 26.206 (año 2007) crea el Instituto Nacional de Formación Docente (Art. 76). Organismo que regula la formación docente en todo el territorio nacional, y que tiene como función principal el desarrollo de políticas y lineamientos básicos curriculares de la formación docente inicial y continua, otorgando unidad, organización y sistematización a los institutos de formación docente del país, implica un trabajo conjunto entre el nivel central y las distintas jurisdicciones (Resolución Ceci E Nº 24/07).

Así, la tarea de los Institutos de Formación Docente Continua consiste en “preparar profesionales capaces de enseñar, generar y transmitir los conocimientos y valores necesarios para la formación integral de las personas, el desarrollo nacional y la construcción de una sociedad más justa y promover la construcción de una identidad docente basada en la autonomía profesional, el vínculo con las culturas y las sociedades contemporáneas, el trabajo en equipo, el compromiso con la igualdad de oportunidades y la enseñanza en las posibilidades de aprendizaje de sus alumnos/as”, tal como lo establece la Ley de Educación Nacional en su artículo 71º. Y cuyas funciones establecidas por Resolución del Consejo Federal 30/07: “Formación inicial; Acompañamiento de los primeros desempeños docentes; Formación pedagógica de agentes sin título docente y de profesionales de otras disciplinas que pretenden ingresar a la docencia; Formación para el desempeño de distintas funciones en el sistema educativo; Preparación para el desempeño de cargos directivos y de supervisión; Actualización disciplinar y pedagógica de docentes en ejercicio; Asesoramiento pedagógico a las escuelas; Formación (de docentes y no docentes) para el desarrollo de actividades educativas en instituciones no escolares (instituciones penales de menores, centros recreativos, centros culturales, etcétera); Investigación de temáticas vinculadas con la enseñanza, el trabajo docente y la formación docente; Desarrollo de materiales didácticos para la enseñanza en las escuelas”.

La formación de formadores en un proyecto de formación docente continúa

Más allá de su formación personal y de sus trayectos profesionales particulares, los profesores de los institutos son, en primer lugar, formadores de docentes. Esta premisa debe ser recordada con frecuencia, para evitar una enseñanza que tienda a caer en lo enciclopédico y exageradamente sesgada hacia lo disciplinar.

La tarea formadora está dirigida a una población adulta. Por ello, adquiere características y se desarrolla en condiciones específicas que son propias de una acción educativa superior.

Tal como lo señala J. Beillerot, la actividad de un formador de formadores “es una actividad culta y no desnaturalizada, mecánica o repetitiva. Sin embargo es práctica, ya que se define como el ejercicio de un arte, más bien que puramente teórica y especulativa. Su técnica se aprende al cabo de una larga formación”. Y añade que dicha actividad reposa en la creenciade dos postulados: por un lado, lo inacabado del ser humano y por otro, la educabilidad detodas las personas.

Si pensamos al docente formador desde una perspectiva tanto pedagógica como sociopolítica, es tan fundamental su función en la formación inicial, en la producción de nuevos conocimientos que inciden luego en el mejoramiento de sus prácticas, en la relación fluida y constante con la comunidad a partir del desarrollo de propuestas tendientes a establecer vínculos entre las instituciones y la sociedad, como así también el aporte continuo en el desarrollo profesional de los docentes en ejercicio. Es desde esta convicción que sostenemos, como ya dijimos, la complementariedad de las tareas de formación, investigación, extensión y capacitación que tienen, desde esta perspectiva, el mismo valor educativo.

 

LA AUTONOMIA DEL NIVEL TERCIARIO: EL IFD Nº 3:

En el año 2003, la Ley provincial 5369 determinó la independencia orgánica, funcional, administrativa y pedagógica de los niveles educativos de las escuelas Normales de la Provincia. De ésta forma se dio por terminada la unidad académica que fue una característica importante del establecimiento.

La Escuela Normal, tal como fue concebida en sus orígenes finalizó un ciclo y comenzó otro que dio origen al INSTITUTO DE FORMACION DOCENTE CONTINUA Nº  3 » Escuela Normal Juan Ignacio de Gorriti »  como entidad autónoma.

En el año 2004, en el marco del decreto nº 7320, se convocó a elección de Rector, Vice Rector y Consejeros de los cuatro claustros: Docentes, Alumnos, No Docentes y Egresados. Se presentaron tres listas, resultando ganadora la Lista Turquesa.

Estas fueron las primeras autoridades electas:

RECTORA: Lic. Nilda Graciela Calzada.

VICE RECTORA: Prof. María Inés Zampini.

CONSEJEROS DOCENTES: Mirta L. Dìaz, Adriana N. Ponce, Benito Torres Vidal, Olga N. Navarro, Ana María Zicarelli.

En el mes de diciembre del año 2001 se realizó el Acto de Colación de los primeros egresados con el nuevo Plan de estudios. Recibieron sus diplomas honoríficos 22 Profesoras de Nivel Inicial y 6 profesores/as para el Primer y Segundo Ciclo de EGB.

El IFD Nº 3, depende de Educación Superior No Universitaria, organismo de la Secretaría de Educación y se encuentra en plena etapa de consolidación y crecimiento.

Tiene un gobierno colegiado, elegido por votos de los diferentes claustros: docentes, alumnos, no docentes y egresados. Esta modalidad marca un estilo de gestión participativo y democrático.

Su proyecto educativo fue aprobado por el Ministerio de Gobierno, Justicia y Educación de la Provincia y tiene reconocimiento de títulos a nivel Nacional.

Funciona en dos turnos (mañana y tarde) en un sector del edificio, con dependencias propias y espacios que comparte con otros niveles que desarrollan actividades.

Actúa a través de los Departamentos de » Formación Inicial «, » Actualización, capacitación y Perfeccionamiento «, y » promoción, Investigación y Desarrollo de la educación», incorpora a los profesores a los nuevos roles educativos y educa a los alumnos con perfiles acordes a los requerimientos del nuevo siglo.